Electrodomésticos Aragonés se ubica en el número 42 de la rúa do Progreso en Ourense y vende, como su nombre indica, electrodomésticos, además de menaje, material lumínico y eléctrico. También presta servicios de electricidad, mantenimiento de piscinas y aire acondicionado.
Los orígenes de Electrodomésticos Aragonés
El apellido Aragonés está ligado a dos ramas de actividad en la ciudad: la mecánica y los automóviles, por un lado, y los electrodomésticos y la electricidad, por otro.
Este apellido pertenece a una saga de comerciantes con origen en la ciudad en 1894. Ese año, su fundador, Antonio, llegó a Ourense desde More de Ebre (Tarragona) para trabajar en la electrificación. Aquí permaneció hasta 1917. Después lo reclamaron de Pola de Somiedo como encargado de central y regresó en 1934, cuando abrió una tienda de material eléctrico y bobinado, justo al lado de la actual.
En su escaparate, Aragonés nos muestra una selección de pequeños electrodomésticos.
Lo primero que vemos hoy día de Electrodomésticos Aragonés es su escaparate con vidrieras a uno y otro lado de la puerta principal. En él encontramos una muestra variada de pequeños electrodomésticos, artículos lumínicos y menaje.
Gran espacio para electricidad y reparación.
Al final del comercio dedican un gran espacio a la electricidad y reparación. Para ver la exposición de gran electrodoméstico y luminarias tenemos que subir al primer piso.
Marcas conocidas de precios variables.
La oferta de Aragonés se compone de artículos de marcas reconocidas. Su rango de precios es variable, con productos que cubren las necesidades de bolsillos desahogados y otros de menor capacidad, pero siempre con productos de calidad.
Su filosofía
En la tienda encontramos a su propietario Juan Manuel Aragonés (nieto del fundador) y a su hija Elena, que representa la cuarta generación al frente del negocio.
Lo habitual es hallarlos siempre con gente a la que atender, una escena típica del pequeño comercio de antes que, desafortunadamente, dejó de ser usual. Por eso, que Aragonés mantenga esta dinámica representa un gran mérito teniendo en cuenta la fuerte competencia de las grandes superficies.
Cuando preguntamos a Juan Manuel por la marcha del negocio contesta con una sonrisa y una frase breve y lapidaria: «Defendiéndonos como se puede». En cuatro palabras condensa la sabiduría de una vida al frente de negocio que continuó de mano de su padre Antonio Aragonés, a quien describe como «el alma verdadera de este establecimiento, pues fue quien lo hizo crecer y lo convirtió en lo que hoy es«.
Su nieta reconoce que de él «aprendimos el trato amable, educado, honesto y profesional que tantos clientes recuerdan de todos los años que el abuelo estuvo al frente de la tienda y que a día de hoy queremos seguir ofreciendo«.
Admite que esta relación con la gente tiene grandes compensaciones, pero que hoy día el negocio se enfrenta a otros retos, para lo cual es necesario «captar a las generaciones que suceden a nuestros clientes de toda la vida y meterse de lleno en las nuevas tecnologías«.
Elena es ingeniera técnica industrial de profesión pero ha vivido desde siempre, como quien dice, detrás del mostrador de la tienda.
Es el mismo mostrador donde ayudaba de niña a su tía abuela «Isabelita» a despachar y envolver con vistosas cintas de color las compras de los clientes.
Dice que este recuerdo la ha acompañado siempre. Aquí se siente como pez en el agua y por eso ha tomado el testigo junto a su padre de este negocio, cuyo equipo lo completan también Julio, Ono, Marisol, Lorenzo, Alfonso, José Luis y Manuel.
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